Cómo dominar la vida sobre dos ruedas
De los saltos en el parque infantil a los podios de la Copa del Mundo — Jeroen van Eck ha construido su vida sobre dos ruedas, impulsado por la pasión, la precisión y el propósito. En esta historia comparte cómo su amor por el ciclismo se convirtió en un ritmo de vida: equilibrar la familia, el rendimiento y la pura alegría del movimiento. Descubre cómo la mentalidad, la motivación y el equipo adecuado dan forma a una vida en constante movimiento.
EL RITMO DE UNA VIDA SOBRE DOS RUEDAS
Todo empezó con algo tan simple como construir saltos en el parque y correr por las calles con mis amigos. Cuando mi padre me llevó a mi primer entrenamiento de ciclismo de montaña con Licht Verzet, tenía unos siete años, y pronto quedó claro que este era mi deporte.
Comencé a competir desde muy joven, ganando muchas carreras y participando en eventos nacionales. Pero entonces todo era pura diversión y talento natural. No entrenaba de forma estructurada; simplemente era rápido, tenía buen control de la bici y amaba montar. Ese amor por montar me llevó naturalmente a ganar.
Veía a otros niños de mi edad sentir la presión, entrenar duro y, a veces, dejarlo porque ya no se divertían. Para mí, siempre fue la alegría lo que me mantuvo en marcha. Nunca empecé pensando en ser profesional; solo quería ver hasta dónde podía llegar. Al final, esa felicidad pura es la que me ha llevado al éxito que tengo hoy.
)
)
EL RITMO DE LA VIDA COTIDIANA
Una semana típica es bastante sencilla: entreno todos los días excepto los jueves — ese es mi día de papá. Nuestra vida familiar gira completamente en torno al deporte de alto nivel. Es un estilo de vida 24/7, los 365 días del año — la bicicleta siempre viene conmigo. Vacaciones, viajes familiares, incluso Navidad — el plan de entrenamiento nunca se detiene.
Ese ritmo influye, por supuesto, en nuestra vida privada, pero mi pareja y mis hijos son una gran parte de este viaje, y lo hemos convertido en nuestra normalidad. Siempre que puedo, los llevo conmigo — por ejemplo, a los campamentos de entrenamiento, donde entreno por la mañana y paso las tardes con los niños.
También intento que vengan a algunas carreras para que vean lo que hago cuando estoy lejos de casa. Así pueden experimentar un poco de mi mundo — y es algo muy especial para ellos y para mí.
)
)
MENTALIDAD Y MOTIVACIÓN
La mentalidad y la motivación en el deporte de élite siempre vienen acompañadas de algo de duda. Es natural cuando persigues grandes metas. A veces estás tan concentrado que pierdes la visión general.
Me llevó unos tres años cambiar hacia una mentalidad más orientada al proceso. Aunque suene sencillo, no lo es. Después de tantos años en el deporte, todavía me cuesta encontrar el equilibrio adecuado y ponerme en la mejor posición para rendir al máximo.
)
)
Al final, somos humanos, no robots. Y ese lado humano — aprender, adaptarse y reflexionar constantemente — es lo que hace que el viaje sea tan valioso.
Jeroen van Eck
EQUIPO Y PRECISIÓN
En cuanto al equipo, no tengo rituales fijos. Creo que como atleta hay que mantenerse flexible. Aun así, me interesa profundamente el lado técnico de las cosas. Con mi formación en administración técnica de empresas, me encanta descubrir cómo hacer que todo sea lo más eficiente y efectivo posible.
Por eso valoro tanto trabajar con Ghost Bikes — su ingeniería y atención al detalle encajan perfectamente con mi forma de pensar. Mi bicicleta y mi configuración deben rendir al mismo nivel que espero de mí mismo: fuertes, fiables y precisas. Todo debe estar bien pensado, y disfruto de ese proceso de perfeccionamiento. Si exijo lo mejor de mí, mi equipo también debe estar a la altura.
)
)
LO QUE ESTA VIDA TE ENSEÑA
Lo que he aprendido de esta vida es simple: sal ahí fuera y descubre. Vive aventuras, explora el mundo y haz lo que amas.
Empecé como un niño de siete años que solo quería divertirse con su bicicleta, y nunca he perdido esa sensación. Esa misma alegría me impulsa hoy. Es lo que me motiva a inspirar a otros, compartir mis experiencias y celebrar juntos los logros.
Gracias al ciclismo he visto el mundo de formas que nunca habría imaginado — desde la bici, en la naturaleza, cruzando culturas y países que quizás nunca habría visitado. Y eso es exactamente lo que quiero transmitir a mis hijos: salid, maravillaos y seguid descubriendo.
No hay nada más hermoso que el propio mundo. Cuando te concentras en el proceso y no solo en el resultado, te das cuenta de que el camino hacia tu meta es lo que realmente le da sentido. El resultado llega solo.
)
)